¿Por qué las personas compran arte?

Publicado el Monday, December 17, 2018

Todo individuo, cuando comienza a sentir que se siente atraído hacia una pieza de arte en especial ó experimenta la necesidad de mejorar su espacio de vida a través de una pieza, significa que ha iniciado un proceso de sensibilización al arte. Con el adecuado tiempo y siguiendo su propio ritmo, irá formando un gusto hacia las expresiones artísticas cualesquiera que sean las que empiecen a llamar más su atención.

Actividades tan sencillas como pasear o toparse en un bazar con una pintura que nos interese, son catalizadoras del primer paso para comprar una obra de arte. Quizá no sepamos por qué nos atrae esta primer pintura, pero su energía y la mejora en nuestro estado de ánimo es evidente.

La mágica sensación de poder interpretar o identificar una energía positiva con respecto a la obra de un artista detonará en nosotros un proceso donde quizás nos interese saber más sobre quien la hizo o qué título lleva la obra, así como cuestionamientos iniciales encaminados a relacionarnos más con la pieza en cuestión. Asimismo, debemos también crear conciencia que una pintura es el resultado del trabajo de una persona que se ha entregado a la actividad artística y que ha puesto el empeño, dedicación y los argumentos técnicos suficientes para lograr tocar nuestras fibras. En ese sentido, una obra de arte será todo aquello que cumpla con nuestros propios estándares y ocupe un espacio emocional que podemos entender, aceptar y desear como parte de nuestra vida.

Cuando recién empezamos a imaginar cómo se vería tal o cual pieza en uno de nuestros muros o en un lugar determinado de nuestro hogar, oficina o estudio, podremos notar que su presencia será medular, ya que el orgullo y la satisfacción que sentimos por ella no desaparecerá nunca y habrá de reavivarse con cada comentario que recibamos de las personas que nos visitan; recibir un halago sobre la pieza adquirida reforzará nuestro buen gusto y entendimiento hacia las artes.

De igual forma, el arte tiene una estrecha relación con el diseño de interiores, ya que, como ente vivo, impacta el entorno en su totalidad, ya sea acentuando espacios o confiriéndoles parte de su esencia y personalidad. Aunado a esto, en el caso de la pintura encontramos que la selección adecuada de un marco es en sí mismo un proceso creativo que nos invita a tomar la mejor de las desiciones la cual con la elección correcta ( en base a nuestra sensibilidad) elevará el estatus de la obra de arte y su relación con el espacio que ocupa.

Dicho esto, podemos entender que comprar nuestra primera obra de arte es un proceso que involucra todo nuestro ser e invita a que hagamos partícipes a nuestra pareja, familia o amigos, según sea nuestro contexto. Algo es seguro: al hacerlo, nuestro nivel de satisfacción será mucho más elevado que el de comprar artículos de moda o producidos en serie ya que cada obra de arte es única al igual que la propia mirada de quien la observa. De igual forma, el espectador habrá de conectarse a la pieza de una manera tan personal que solo él será capaz de percibir con el matiz y la justa dimensión que su persona le confiera.

Comprar arte nada tiene que ver con un acto frívolo como los que nos muestran las películas o documentales sobre subastas en donde millonarios compiten unos con otros para hacerse de objetos del deseo que representan poderío económico; por el contrario, es la propia voz interior la que nos hace sentirnos conectados a una pintura u obra de arte la cual nos confiere el experimentar sensaciones muy especiales desde el momento que nos conectamos con ella.
Por todo esto, podemos afirmar que comprar arte no es una actividad exclusiva de las clases sociales más pudientes; en este sentido, comprar arte significa mucho más. Tener la posibilidad de destinar parte de nuestros ingresos a poseer una pieza que habrá de ocupar un espacio especial, no solo en nuestro hogar, sino también en nuestra vida, así como hacernos sentir una admiración que muy rápidamente se transforma en una forma de autorrespeto y entendimiento. Finalmente, termina por ser un acto de generosidad para con nosotros mismos ya que al darnos la ran oportunidad de reafirmar nuestros gustos y preferencias, así como palpar la percepción que tenemos sobre la vida, además de acentuar nuestra propia existencia a un nivel de conciencia mucho más elevado con respecto  como nos sentimos antes de adquirir una obra de arte.

Una vez que hemos comprado nuestra primera pieza, se inicia en nosotros un mayor interés por el arte y toda actividad artística. Nos empezamos a interesar por la escuela o las influencias que tiene nuestra pieza y lo que evoca tanto en nosotros como en las demás personas. También comienza un proceso de memoria selectiva donde, al estar viendo otras obras de arte, encontramos similitudes tanto evidentes como sutiles, ya sea en la propia imagen, trazo, color o el manejo de la técnica del artista, pues el vigor y el mood que evoca cada obra de arte es único.

Te invito a que te intereses y conozcas sobre los artistas locales del lugar donde vives para que puedas constatar personalmente todas estas sensaciones y procesos, así como acrecentar tu educación visual. Habrás de descubrir, en muy poco tiempo, qué es lo que más te llama de ciertas tendencias o estilos, conocer sobre los artistas y sus motivaciones, así como los precios que una obra de arte puede alcanzar. En este sentido, no hay regla alguna: el arte te “toca” o no lo hace, es, sencillamente, una relación de dos que se da entre la pieza y uno mismo como espectador.

Cualquiera de nosotros que se dé a la tarea de ponerse en contacto con el arte, ya sea en museos, galerías, exposiciones o bazares, se dará cuenta al instante de la gran cantidad de artistas y de obras disponibles que podemos encontrar virtualmente en todas las comunidades. Por ello, podemos afirmar que apoyar el propio conocimiento artístico es alentar el desarrollo y fortalecimiento de la comunidad artística de nuestra localidad ó país. 

La vida nos brinda muchas posibilidades de conocimiento, experiencias y vivencias, no obstante, la de seleccionar una obra y colocarla en un lugar importante de nuestro entorno es una sensación que rebasa por mucho las que hemos experimentado anteriormente con la adquisición de otros satisfactores. Adquirir una obra de arte se vuelve una experiencia llena de nobleza, felicidad y un gran sentido de conciencia plena que nos recorre todo el cuerpo y nos invita a seguir mejorando como personas y estar más en contacto con nuestras emociones. Además, comprar arte es, en gran medida, una acción superior con respecto al fin que podemos darle a nuestro dinero ya que es un fuerte declaración de nuestra individualidad y nivel de conciencia alcanzado.

Espero que este pequeño texto te sea de utilidad si es que te encuentras en el proceso de considerar comprar tu primera obra de arte o, en el mejor de los casos, que sientas un impulso tal que la mera idea de tener una pieza determinada en tu espacio personal te mueva a iniciar tu propia colección privada de arte.

Te invito a conocer un poco sobre mi trabajo como artista plástico en www.nono.lat.

Fue un gusto poder acompañarte brevemente, espero verte muy pronto.