El arte de caer parado.

Publicado el Monday, July 1, 2019

El deber ser es, en gran medida, una franca invitación al dialogo interior. Bajo un acto de honestidad, no debe rehuirle al propio pensamiento, por el contrario, nos anima a escudriñar todo aquello que llevamos dentro y nos confronta a escuchar nuestra voz interior. 

Con esta firme intención, ataviado pincel en mano, busco ir más allá de la mezcla de pigmentos acrílicos. Avanzo con desfachatez y pretendo saber jugar este ajedrez mental que, implacable, va devorando fugaces pensamientos. Estos, aferrados al lienzo, intentan no convertirse en olvido. ¿Qué caso tendría pintar si no?

Caer parado es una constante entre todos los que estamos vivos. Ciertamente, un buen día deja de serlo. Por ello, no ignoro la gran oportunidad de estar vivo y miro con recelo a los gatos y su arrogante caminar, sabedores de contar con siete vidas: a los Felis silvestris catus, el que yo los pinte o deje de hacerlo, les importa un bledo.  Por eso, venerarlos o mimarlos no es por mucho el leitmotiv de mi trabajo, sino, más bien, el recordatorio de su fortuita presencia, como suele ser su andar en las bardas y los techos de todo código postal.

Esta exposición toma vida en la mirada del espectador. Busca recordar la importancia de su rol protagónico en el arte, pues cada individuo que se para frente a un cuadro, más antes que después, acaba por caer parado.

-Nono